9.3.06

 

MIEDOS EN GRAZ

Graz, en Austria, es una ciudad segura. Eso me dice todo el mundo. No las tengo todas conmigo. Vivir un poco alejado del centro y muy cerca de un parque en el que creo que he visto cuervos me da que pensar en la serie de dibujos Sherlock Holmes o en la película El secreto de la pirámide. Vamos, que no creo que pase por allí mucho de noche.

No es ése mi gran miedo en Graz. Son estos tres:

1. La ciudad está llena de tranvías. No me acostumbro al tranvía. Hasta ahora sólo los había visto en funcionamiento en Barcelona. Allí están en medio de la calle pero rodeados de césped (al menos al final de la Avinguda Diagonal), lo que te avisa de que hay tranvía. Supongo también que tendrán bocina.

Aquí no. Son más que silenciosos y cuando te quieres dar cuenta, lo tienes delante. Digo esto porque a veces voy mirando las baldosas, y Graz, en cuando a baldosas, es una ciudad fea. Sólo en eso, creo, por ahora... El que lea esto que sepa que Antoni Gaudí, el arquitecto modernista, murió atropellado por un tranvía. La verdad es que a mí me encanta meterme entre ellos, incluso putearles un poco y pasar justo delante de ellos. Si no doy muestras de vida en un tiempo, es que me ha pillado un tranvía.

2. En Graz nevó todo el día el domingo... Todo el día, a todas horas. Sí, muy chulo... pero peligroso. Aquí la nieve dura semanas en los tejados, lo que se convierte un peligro. La ciudad está llena de palos de madera que se ponen pegados a las paredes de algunas casas en las que hay nieve todavía en el tejado.

Esos palos los pone el ayuntamiento para avisar de que si pasas por debajo, te cae un montón de nieve dura y te descalabras, no es culpa suya. El problema es que tanto una acera como otra la tienen, así que o vas por medio del a calle o no sé cómo se lo montarán aquí en Estiria, Austria.

3. La facultad está llena de cafeteras en los despachos, dobles pares de zapatos que los profes usan durante el día... y de cocinas. En las salas de profesores o lectores hay cocinas. Otro peligro: llega el profe que no sabe ni cocinar y que no quiere ir a comer fuera. Se trae un plato precocinado y no lo quiere hacer en el microondas, lo hace al banyo maría. Y lo deja en la olla un montón de rato, porque mientras tanto se ha ido al despacho. Vamos, que si algún día alguien deja la olla express o la cafetera puesta mucho tiempo... moriremos y esta bonita universidad se irá a pique.

Por lo demás, Austria es tranquilo, muy tranquilo. Uno se pregunta qué pinta en este país Alf Poier, el representante de Eurovisión de hace tres ediciones. Hoy sale en www.fotolog.net/diarioimpar

Comments:
Si es que salir a la calle es un peligro. Elsa me ha contado que a Nuri, la coreanita, le robaron el bolso de un tirón en Salamanca. El que esté libre de agresiones, que tire la primera piedra...
 
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