14.3.06

 

DEL QUÉ HAGO AQUÍ

A veces me ha surgido la pregunta típica del qué hago aquí. No sé si interpretarlo como el bajón que le da a uno cuando lleva dos semanas en un país extranjero, o que esta pregunta ha llegado antes de tiempo. La respuesta es otra: es el bajón post-cumple que siempre me suele dar, junto a una ligera depresión pre-primaveral.

Esto último no creo que me dé en Austria, pues hoy está medio nevando. La vida en Graz está siendo tranquila. Me siento acogido por los otros profesores que viven aquí y por otras personas como mi banquera o la multitud de sonrisas que recibo por las calles, ya sea de mendigos, personas de la universidad que encuentras por la calle, empleadas de banco, etc.

Austria me parece muy impar. Aquí se favorece la imparidad. Me explico: los ninyos pequenyos (intento no poner palabras con la letra entre la m y la n, pero es imposible...) no juegan en las calles, por ejemplo. Aquí cada uno va a su bola, y supongo que esto está lleno de mundos interiores muy ricos, pero difíciles de explorar.

Los domingos son raros aquí. Dudo que la gente se pase las resacas todo el día en casa, pero no hay nadie por la ciudad. Claro, a mí me da palo entrar en un bar en mi país y hablando mi lengua, así que en otro país con una lengua que no conozco sólo se me ocurre entrar en el McDonald´s y observar. Le estoy dando vueltas al sexo en Austria, no sé por qué, y en concreto en esta ciudad.

Hay varios clubs de alterne repartidos por toda la ciudad. En algunos están en la puerta las fotos de las chicas que hay dentro. Mi favorito es el Eros Bar, que es una especie de casita de chocolate del sexo, con varias plantas, así muy cuca. Me llama la atención también un local de arneses y demás ropa para hacer guarreridas, o incluso un local para practicar sexo fuerte, en plan esclavitud y todo eso. Relacionado con esto está, supongo, el hecho de que Leopold von Sacher-Masoch, el creador del masoquismo (Perversión sexual del que goza con verse humillado o maltratado por otra persona, según el Diccionario de la Real Academia) estudiara en esta ciudad...

En la ciudad también hay varios locales gay, bastantes más que en una ciudad de 250.000 habitantes que en Espanya, creo. Los que he visto por fuera están como muy tapados, algo escondidos, ni siquiera se puede saber desde fuera si puedes ir a tomar un café o se va allí a hacer la caída de Roma.

Graz tiene más cosas, como muchas vírgenes y cristos por toda la ciudad, que recuerdan que por aquí pasó la peste, o barrios anodinos fuera del centro, muz de obreros, centroeuropeos, con edificios funcionales acojonantes. Por ahora sólo puedo contar esto por aquí, espero poder hacerlo dentro de poco en alemán...

Comments:
¿Que qué haces tú allí? Pues qué más da. Esa pregunta hay que hacérsela en el mundo en general, no en tal o cual ciudad. Salamanca, Seúl o Graz es lo de menos. No pintamos nada, como decían Mecano. En todos los sitios y en ninguno, ¿qué hacemos aquí?

Respecto al sexo, no sé cómo aguantas en una ciudad con tantas tentaciones. Quizá Graz sea la ciudad perfecta para ti. Entre vírgenes y locales gay, entre masoquistas y cristos: imparidad absoluta. Disfruta de Graz, para mí que nunca olvidarás esta ciudad.
 
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